Llegué por casualidad a este libro. Vi una mención por Internet a "la revolucionaria teoría de las catástrofes de René Thom" que "clasifica todos los tipos de catástrofes naturales" existentes.
Seguir leyendo
La cita me extrañó un poco, así que busqué información. Localizé un artículo de divulgación en biología, y después este libro, que ha sido mi segunda lectura del año.
El libro tiene dos partes. Una está bien y de la otra hablaré al final. En primer lugar, la obra nos cuenta un poco en qué ha consistido el trabajo de Thom. Lo que hizo Thom fue utilizar técnicas de topología diferencial (que si no es la rama más abstracta de la matemática actual debe faltarle poco) para describir las soluciones de ciertas ecuaciones diferenciales (sistemas dinámicos, en realidad). Es decir, Thom no resolvía las ecuaciones (en el sentido de dar un formulación exacta de la solución), sino que describía cuáles eran las características de esas soluciones, en particular sus puntos críticos (que es a lo que él llama "catástrofes", no en el sentido de "evento desastroso, Bendis pasa a guionizar tu colección favorita" sino en el de "cambio brusco de las condiciones del sistema"). Como estas ecuaciones pueden utilizarse para describir ciertos fenómenos naturales, se consigue el titular: "René Thom ha clasificado las catástrofes naturales". Falta la coletilla, claro: "las catástrofes naturales descritas por su sistema".
El trabajo de Thom, que no pretendo entender por completo, le valió una medalla Fields allá por 1958. Hasta ahí, bien, y si el libro fuera una exposición de la teoría sería bastante interesante. Lo malo es que el libro es una entrevista al autor, y la sensación que yo he sacado de esta entrevista es que a Thom se le subió el éxito a la cabeza. En la entrevista pretende que su teoría se debe aplicar a todo, y todo es TODO: matemática, biología, lingüística,... En las últimas cincuenta o cien páginas tuve la impresión de estar leyendo a un tipo que pretende que su crecepelo infalible cura el dolor de muelas, la artrosis y la impotencia. No me atrevo a ser categórico en esta afirmación, porque como ya digo no llegué a entender bien la primera parte, en la que se exponen los descubrimientos de Thom (para eso, habría necesitado un libro de texto, no uno de divulgación, y más horas de las que estaba dispuesto a gastar en este tema), pero la verdad es que este es uno de tantos casos en que me resulta más interesante la labor del científico que su opinión sobre el mundo. Tampoco hay que echarle la culpa al libro, que el título no engaña: Son entrevistas con el autor, no una exposición de su obra. Es solo que yo no esperaba que el autor tuviera unas opiniones tan altas de su propio trabajo.
En fin, al menos he aprendido qué se supone que es la teoría de catástrofes. Creo que dice poco de la ciencia que alguien pueda licenciarse en algo sin haber oído mencionar grandes logros de su materia de cuarenta años antes, pero así es la vida.
(3/5)
(le pongo tres estrellas porque me da un poco de vergüenza suspender un libro cuya parte interesante no he terminado de entender, pero si por mi gusto fuera no pasaría de una y media).