El DRM y yo

Quienes me sigáis por Twitter ya habréis podido seguir lo que me sucedió ayer al intentar comprar un libro electrónico en Google Books. Para los que no, aquí va la historia.

La cosa empezó con el siguiente tuit:

Me asalta la duda… ¿Meto algo de Greg Egan entre mi lista de próximas lecturas a corto plazo? Permutation City me gustó pero no enamoró.
— Phobophille (@phobophille) January 27, 2013

Acababa de estar visitando el blog Sense of Wonder y no pude evitar fijarme en la lista de lecturas en curso. Y como "Permutation City" me había dejado un regusto agridulce, no tenía claro si leerme otro del autor o no. Al tuit me respondieron tanto @odo como @_nesita_ recomendándome "Axiomatic", de modo que finalmente decidí añadirlo a la lista. Empecé a buscarlo por internet y, en un arranque de estupidez buena fe decidí comprarlo. Y, por probar, lo hice a través de Google Books.

Una y no más, Santo Tomás.

El proceso de compra, a través del monedero de Google (y a que ya he comprado bastantes apps en la Play Store) fue muy sencillo. Pero ahí terminaron las facilidades. Para empezar, la página tardó cerca de media hora en darme acceso a la página de descarga, alegando un fallo en el proceso de compra. Cuando por fin fui capaz de ir a la página de descarga, me encontré con que las opciones eran: 1) enviar el eBook a un dispositivo móvil, 2) leer en el navegador y 3) descargar en ePub. Mi objetivo era meter el libro en Términus, mi Kindle, de modo que escogí la tercera.

Sorpresa la mía cuando, en vez de un .epub, la web me pone a descargar un fichero con formato .acsm. Investigo un poco y veo que se trata de un formato especial para Adobe Digital Editions, un programa que, una vez descargado, instalado y registrada una ID de Adobe, te permite descargar los contenidos comprados con DRM. Sin ni siquiera la seguridad de que luego el programa fuese a permitirme leer el eBook en Términus. Así que finalmente, después de ir y venir por unas cuantas webs, decidí que lo más sencillo era resignarme, pasar de esa versisón, buscar el libro pirateado y leerlo así. En menos de dos minutos lo había localizado y estaba cargándolo en mi Kindle.

Y ya que Google además decidió borrar mi comentario al respecto en la página de compra del libro, lo diré aquí: Por este motivo es por el que la gente piratea. No porque no queramos comprar, sino porque el proceso para adquirir y leer un libro digital en la tienda es tan molesto, ineficiente y enervante que buscar la alternativa pirata es un millón de veces más cómodo y hasta intuitivo. Hasta que las editoriales no se metan en la cabeza que son ellas las que tienen que adaptarse al cliente y no al revés la piratería seguirá existiendo, y con mucha razón de ser.

Y esto no es solo cosa de Google... Ni siquiera Amazon con sus compras en un click y demás facilidades ha sido capaz de adaptarse a la perfección a las nuevas necesidades del mercado de los libros digitales. Si lo hubiese hecho yo no necesitaría tener un plugin que elimina el DRM de los libros comprados para Kindle. Porque si yo me compro un libro "protegido" para Términus, en principio no podría enviárselo a mi novia, a mi padre o a mi hermano, que también tienen sus respectivos Kindles, ni mucho menos a mi madre, que tiene un Kobo Reader. Y eso es, sencillamente, absurdo.

Ya hay autores que venden sus libros sin DRM. A ellos les compraré libros. De los demás, mientras esto dure, me lo pensaré una y dos veces antes de dejarme el dinero en un formato que solo me va a dar problemas y quebraderos de cabeza.