Pues el primer libro del año ya ha caído (si sigo así, mantendré la media de dos por mes xD) y el comienzo ha sido bastante bueno.
Steelheart, de Brandon Sanderson, es la novela que abre una trilogía (la de los Reckoners) alejada del macrouniverso fantástico que está creando su autor. De hecho, la premisa es totalmente de ciencia-ficción, salvo por cierto detalle que comentaré al final.
La historia es muy tópica: Diez años en el pasado de la novela (un momento que podría ser nuestro presente) sucedió un evento (la Calamity) que dotó de superpoderes aleatoriamente a una serie de personas. Estos seres tomaron el nombre de Épicos y, como buenos humanos, se dedicaron a sacar el mayor provecho posible a la nueva situación. En el presente, el gobierno de los USA ha caído (no menciona el resto del mundo, que yo recuerde, pero es de suponer que también) y los Épicos más poderosos se han erigido en dictadores de las principales ciudades y núcleos de población del país, en un retroceso brutal a sistemas de gobierno medievales.
Steelheart es uno de estos Épicos, un trasunto de Superman que se ha apoderado de la ciudad de Chicago Nova. La novela nos cuenta la resistencia de un grupo de humanos normales, los Reckoners, al gobierno de Steelheart. La tecnología tiene más o menos el mismo nivel que en la actualidad, aunque solo es asequible a las clases altas. Tampoco queda muy claro cómo vive la mayoría de la población, porque el libro está contado desde el punto de vista de uno de los Reckoners, que al ser huérfano pasó la infancia en una especie de campo de trabajo bastante espeluznante, pero que no tiene mucha idea de cómo vive la gente normal. En realidad, al autor no le interesa demasiado la sociedad de Chicago, sino la lucha de los Reckoners contra los Épicos. Los poderes de los Épicos están bastante bien descritos y, en general, la historia es bastante dinámica. Hay acción, hay sorpresas y el final está muy logrado. El ambiente es de ciencia-ficción, de manera que se reconoce que es un problema físico que exista gente que lanza rayos por las manos, pero se reconoce y ya está. En ese sentido está la única pega que yo le encuentro al libro. Cierto elemento necesario para el desenlace final se sale por completo de la ciencia-ficción y entra plenamente en el terreno de la magia (o así lo entiendo yo, al menos).
El libro es bastante dinámico y es muy entretenido. Hay pocas cosas originales, pero para pasar un buen rato se basta y sobra.
(5/5)
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