Continúa mi periplo por tierras de Drenai con la última novela dedicada a Waylander (que no última del Ciclo de Drenai).
Esta novela tiene un arranque muy curioso, porque la situación en que está Waylander es rarísima. Como lo de retirarse y hacerse granjero no le funcionó al final del primer libro, esta vez se ha retirado, ¡y se ha hecho aristócrata! Tal cual, Dakeyras ha conseguido hacerse rico y se ha largado a la otra punta del mapa, donde se ha comprado un latifundio, se ha hecho un palacio con más dormitorios que el chalet de la Preysler y es un noble justo que vive en la molicie totalmente adorado por todos sus siervos.
Bueno, vive en la molicie relativamente. Aunque no busca aventuras activamente y ya ha dejado definitivamente atrás la juventud, Dakeyras sigue sin tolerar las injusticias y responde como se merece (es decir, a lo bestia) si algún incauto salteador de caminos (o alguna banda entera) comete alguna tropelía en su territorio.
En esta ocasión Dakeyras debe enfrentarse a la amenaza definitiva: Kuan Hador, toda una ciudad de brujos y demonios exiliada a otra dimensión hace miles de años por una coalición de magos. Las barreras dimensionales se debilitan y la ciudad está pudiendo mandar emisarios que la traigan de vuelta. Pero el Destino es muy cabrón, y con lo grande que es Drenai los emisarios van a parar al alcance de Dakeyras, que se prepara para detenerlos con un variopinto grupo de aliados casuales.
En fin, la novela mantiene el espíritu visto en las dos entregas anteriores. Es un digno final a la saga de Waylander (cosa que suele ser bastante complicada) y consigue que la amenaza sea aún peor que las anteriores sin que sea increíble que al final el héroe triunfe. De hecho, el triunfo del héroe no se llega a poner realmente en duda en ningún momento, la intriga es cómo demonios (nunca mejor dicho) se las apañará. Sigue habiendo luchas duras, frases sentenciosas, villanos horribles, mucho peligro, mucha acción y mucha diversión. Me lo he pasado bastante bien con las andanzas de Waylander el Destructor. Siguiente parada en el Ciclo de Drenai, las andanzas de Druss el Hachero.
(4/5)
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