Con un poco de retraso, me he leído este clásico, que me regalaron por Reyes.
Este libro se suele vender como "el origen del steampunk", y la verdad es que yo no lo entiendo muy bien, porque mi concepto de steampunk es de una historia ambientada en un pasado victoriano, o un futuro alternativo con raíces victorianas, y donde hay un montón de cacharros raros que funcionan a vapor. Esta novela se desarrolla en la era victoriana, pero no tiene nada de alternativa (aparte de las cosas que se inventa sobre los personajes reales que aparecen, claro) y todos los artilugios que aparecen están basados en tecnología digamos tradicional.
Aparte de esa consideración, esta novela se vende como una historia de viajes en el tiempo, y eso sí que lo es. A Brendan Doyle, un estudioso contemporáneo le ofrecen viajar al siglo XIX para conocer Samuel Taylor Coleridge. Sin embargo, el viaje oculta intenciones muy poco académicas, y el Doyle queda atrapado en el pasado por culpa de las manipulaciones de los organizadores. En la novela vemos cómo el protagonista trata de volver al presente y, de camino, evitar los propósitos de sus contratadores.
Tim Powers es un autor que recoge la tradición aventurera más clásica. Una de esas tradiciones es retorcer el camino que siguen los protagonistas, de manera que no se trata de un simple viaje del planteamiento al desenlace. El "nudo" de la novela hace honor a su nombre. Múltiples tramas se superponen en la novela, y además la información se nos proporciona con cuentagotas. El protagonista no es un héroe clásico dueño de su destino, sino que es zarandeado a conveniencia del escritor. A Powers no le interesa el tema del viaje en el tiempo en sí, de forma que los viajes no se realizan mediante máquinas temporales que se activen a voluntad, sino que es necesario utilizar "puertas" que solo se activan en momentos concretos [1]. Aprendemos que estas puertas son consecuencia de un experimento fallido de una cábala egipcia que quiere destruir al Imperio Británico por haber conquistado Egipto. Pese a que el objetivo de la novela no es indagar en las posibilidades del viaje en el tiempo, sí que hay una paradoja muy bien imbricada en la trama.
El libro tiene muy buen ritmo al principio, pero en su último cuarto, aproximadamente, se hace algo pesado. Llega un momento en que Powers entrelaza demasiadas tramas y se ve incapacitado para mantener el interés en todas ellas. El final es satisfactorio, aunque algo precipitado. Tal vez con algo menos de ambición la novela hubiera quedado más redonda, pero aun así es un clásico que hay que leer obligatoriamente.
[1] Muy similares a las que luego utilizará la serie de televisión "El Ministerio del Tiempo".
Tim Powers es un autor que recoge la tradición aventurera más clásica. Una de esas tradiciones es retorcer el camino que siguen los protagonistas, de manera que no se trata de un simple viaje del planteamiento al desenlace. El "nudo" de la novela hace honor a su nombre. Múltiples tramas se superponen en la novela, y además la información se nos proporciona con cuentagotas. El protagonista no es un héroe clásico dueño de su destino, sino que es zarandeado a conveniencia del escritor. A Powers no le interesa el tema del viaje en el tiempo en sí, de forma que los viajes no se realizan mediante máquinas temporales que se activen a voluntad, sino que es necesario utilizar "puertas" que solo se activan en momentos concretos [1]. Aprendemos que estas puertas son consecuencia de un experimento fallido de una cábala egipcia que quiere destruir al Imperio Británico por haber conquistado Egipto. Pese a que el objetivo de la novela no es indagar en las posibilidades del viaje en el tiempo, sí que hay una paradoja muy bien imbricada en la trama.
El libro tiene muy buen ritmo al principio, pero en su último cuarto, aproximadamente, se hace algo pesado. Llega un momento en que Powers entrelaza demasiadas tramas y se ve incapacitado para mantener el interés en todas ellas. El final es satisfactorio, aunque algo precipitado. Tal vez con algo menos de ambición la novela hubiera quedado más redonda, pero aun así es un clásico que hay que leer obligatoriamente.
(4/5)
[1] Muy similares a las que luego utilizará la serie de televisión "El Ministerio del Tiempo".
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