Lo primero que llama la atención de este segundo volumen es su tamaño. Pasamos de las 500 páginas de "La Guerra por el Norte" a algo más de 800 aquí, pero el grosor del libro es más del doble. Una vez superada la impresión inicial, y cuando nos sumergimos en la narrativa, la historia empieza con unos cuantos capítulos realmente impactantes. El primer capítulo es de esos que dejan con la boca abierta [1], y la ubicación en el tablero de las distintas fichas que componen la trama está excelentemente planteada. Pasados estos momentos iniciales, la narración se tranquiliza un poco y López vuelve al terreno en el que más a gusto ha demostrado encontrarse: la creación de entornos complejos, personajes con fuertes motivaciones personales y aspiraciones propias que, en muchas ocasiones, apuntan en direcciones totalmente distintas a las de aquellos que les rodean y a las que en principio dejan entrever. Todo el mundo tiene un motivo para actuar como lo hace, no existe el altruismo desinteresado, y quien más, quien menos, intenta hacerse con el poder para sí mismo, aunque no lo demuestre abiertamente.
La guerra que se cuenta en este libro es realista y creíble, a pesar de los elementos puramente fantásticos: y es que las batallas no solo se libran en las fronteras, sino también en los salones del trono, en las reuniones entre abanderados de las distintas casas y en los conflictos internos de un culto de monjes guerreros. Por si eso fuese poco, esta guerra se enmarca en un conflicto mucho más importante y mucho más antiguo que podría cambiar para siempre el equilibro en el mundo. Y a mitad de camino, tratando de ser usados para decidir hacia qué lado se inclinan las balanzas de ambas guerras, Kali y Eadgard, dos chicos con un poder latente todavía por aprender a controlar, que podría llegar a ir mucho más allá de lo imaginable.
Me lo he pasado muy bien leyendo este libro. Aunque López sigue arrastrando aquí alguno de los problemas de los que ya os hablaba en "La Guerra por el Norte" (como que el lenguaje resulta a veces demasiado recargado y artificioso como para resultar natural y crear empatía, o que las pormenorizadas descripciones lastran ocasionalmente la narración), "Dueños del Destino" supera a su predecesor, con algunas escenas realmente impactantes, unos personajes fuertes y vivos, algunos de ellos a los que se les coge cariño y otros a los que dan ganas de abofetear. Y aunque las luchas de poder mediante intrigas y conspiraciones, la cantidad y calidad de las escenas de acción y batalla han aumentado con respecto a "La Guerra por el Norte" han aumentado, lo cual hay que decir que es de agradecer. Igualmente reconozco, sin embargo, que al igual que hay capítulos emocionantes también hay otros que resultan algo tediosos. Al avanzar se descubre que lo que estos episodios cuentan es necesario para el desarrollo de la historia, pero en el momento de leerlos resultan algo aburridos.
En conjunto es una historia bien llevada, una alternativa más que decente si estás buscando una obra de narrativa fantástica, bien capaz de captar el interés de quien lo lea y dibujar en su mente escenas muy vivas, detalladas, que sabe dónde están sus puntos fuertes y juega con ellos, no sin antes guardarse un par de ases en la manga para lo que todavía está por llegar. Como ya dije con la primera parte, si te atraen las luchas de poder por encima de las luchas a espada y conjuro, deberías prestar atención a la Leyenda de una Era. Y después de lo largos que nos deja los dientes con el final de esta novela, solo queda cruzar los dedos para que no tarde demasiado en publicar la tercera.
(3,5/5)
[1] Aunque la relación con lo que sucede en el resto del libro queda en un plano un tanto secundario para, supongo, desarrollarlo más adelante.
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